Me han pedido prudencia y cierta compostura en algunos comentarios. Con mucho cariño, también es cierto. No hemos llegado todavía a lo de Leonardo Boff.
Me llega por blogs vecinos una información muy interesante sobre vacunas. El breve pero jugoso debate publicado en e-ras sobre el calendario vacunal y su unificación, me ha hecho volver a pensar en aquello de la cueva de Menorca sobre las grandes preguntas. Las preguntas que se me vinieron a la cabeza son inconexas y desde luego no tienen que ver mucho con el debate electrónico sobre vacunas (o sí). Insisto, para mi defensa, en justificar estas preguntas por la deprivación de sueño de las últimas 48 horas.
Las preguntas que surgieron son:
– ¿cuántos litros de sangre se tuvieron que verter en Francia para que las iglesias se acabaran convirtiendo en museos?
– ¿tiene que ver todo esto con la cantidad de marcas de yogures que existen en los supermercados?¿seriamos capaces de vivir sólo con una marca de yogures?¿cuántos seríamos capaces de vivir así?¿cuánto tiempo aguantaríamos?
– ¿qué tiene que ver todo esto con el miedo, o mejor dicho, con el Miedo?¿se puede medir el Miedo?¿entrará en cartera de servicios su diagnóstico y tratamiento?¿lo medicalizaremos?
en mi caso va a ser por exceso de sueño, tal y como andan pintando los ultimos tiempos por esta casa, pero no hago más que dormir mientras zumba que se las pela el viento sobre los cristales, llevo ya unos cuantos dias atascado en las grandes y pequeñas preguntas que me rondan…
ójala nunca nos pidan prudencia ni compostura para que nuestras palabras puedan decir lo que queremos que digan sin miedo, sin Miedo, Sin Miedo, SIN MIEDO…
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