(recuerda: “Nos mudamos”)
Florentina Resteiro. De las cartas a Artemio Rulán.
Del libro “Los gorriones de Artemio Rulán”
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Mi estimado:
Me gustó mucho esa idea tuya de que a partir de ahora escribirías por mi y que incluso tratarías de escribir como yo. Tierno.
Siempre te han caracterizado unas ideas, no sé como decirles, brillantes sea manido, unas ideas que siempre nos han acabado medio enamorando a todos: aquella huelga a la inversa de lectura que propusiste con todo el pueblo tomando las calles con un libro y leyendo solitarios y callados, hermosos, en los parques y bancos, el pelo revuelto, en sillas de tijera o en los bordillos sentados, con la espalda contra las paredes, una protesta silenciosa, individuales pero colectivos, uno y todos a la vez, con un libro abierto a plena luz con la única protesta de un libro abierto como única bandera.
Claro. Cómo no iba a gustarme esto que me dices ahora esto de que a partir de ahora ibas a escribir sólo cómo yo hablo o como yo te digo a veces, utilizar mis giros o mis malas puntuaciones o mis malas costumbres o mis palabras indebidas o mis expresiones torpes. Cómo no iba a gustarme eso de que tu oficio de ahora en adelante va a ser además del mar llenar papeles y papeles para juntar en ellos mis tristezas o mis desgracias para como en una cinta pegajosa reunir todas esas desdichas, esta soberbia melancolía que tengo en los puños, llevártela toda en borrador a tu pluma y a tu máquina de escribir, imitando un ruido torpe de inventores medievales, un gastado propósito de ruedas y ceniceros que me dices, pero con el único propósito de dejarme la luz entera para el día, la luz entera para mi boca me dices y para sólo tener mi ñoaranza, aquí mecida, en este espejo de letras que te vas empeñando en rellenar a fuerza de tanto escribirme Rulán, a fuerza de tanto amarme el espíritu y el vientre Rulán.
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