Convers-acciones #estoesreflexion #acampadasol (notas para mi residente)


Cada vez que no estemos de acuerdo
empecemos mejor
por la buena noticia:
hoy, aquí
dos personas, se han hecho a la vez
la misma pregunta

Laura Casielles

Uno de los aspectos deficitarios de nuestra formación y aprendizaje es el número de palabras que dejamos de emitir a medida que más nos formamos.
Al principio de algunos de los cursos de formación que damos nos gusta hacer la siguiente pregunta:
¿Qué número de palabras habéis emitido a lo largo de vuestra carrera?
¿Qué número de palabras habéis emitido en relación a las emitidas por vuestros docentes?

Más aún, el problema de los seis años de carrera –y muchas veces de los años anteriores de escuela- no es el número de preguntas que nos han hecho (muchas, la verdad, pero siempre en formato test). El problema es el número de preguntas que nos hemos dejado de hacer. La pérdida del debate, de la reflexión en voz alta, de la capacidad de equivocarnos, pero de equivocarsnos al menos hablando, no callados.
Más aún, el problema no está en las palabras no emitidas. Está en las que ya nunca podremos articular, porque no las hemos apre(he)ndido o porque ya se nos han olvidado.
Creo que era Umberto Eco el que explicaba que una de las ventajas de hacerse mayor era que algunos espacios físicos y lingüísticos se recuperaban en un momento determinado del envejecimiento (el recuerdo súbito del nombre de la calle donde solías tomar el autobús o las preguntas que sin respuesta lanzabas a la pared de luz en julio).
El tema de la participación (en salud) pueden ser muchas cosas. Andreu Segura hablaba de ello en una buena revisión para Gestión Clínica y Sanitaria. Joan C. March hoy en Público. Juan Irigoyen siempre. Juan Luis lo explicaría mucho mejor. Pablín me habló de ello durante toda la rotación (yo era el residente entonces).
La extinción de la participación es la desaparición de palabras y de capacidad para, en tiempos, espacios y modos, articularlas conjuntamente. Pensar juntos y responder o hacerse preguntas juntos.
¿Somos capaces de establecer de nuevo esas convers-acciones? Muchos somos incapaces de hablar más de dos minutos sobre algún tema y no pasamos de una conversación ruin de chigre(me gustaría citarles a Chomsky, pero imposible, no sabría). Y algunos de los que son capaces de hablar más de dos minutos, la mayoría de veces o no se dejan entender o no son capaces de escuchar más allá de su columna, su tertulia o su púlpito.
Todos conocemos los discursos que se han repetido durante estas semanas. Todos sabemos qué palabras, colocadas en determinadas conversaciones nunca generarán acciones y nunca generarán movimiento (aristotélico diría Emilio).

Para los que seguimos estos días las concentraciones desde la red, ha sido increíble descubrir el número de palabras que se han recuperado y se han pronunciado. Entrar en el #acampadasol #15m o #yeswecamp en twitter era como el roce de cuerpos y codazos al moverse en una oleada de gente que estaba ahí, palpitando. Una fiesta del verbo.
Las desconsideraciones sobre la falta de argumentos, el atropellamiento en los debates o la falta de objetivos definidos puede (puede) que sean reales. Pero es interesante ver que los que esgrimen ese pretexto son muchos de los contribuyentes al expolio de palabras y espacios para hablarlas.
Los que argumentan el debate en términos de manipulación partidista, direcciones políticas o de la yenka (izquierda, derecha, delante, detrás) es que han perdido la capacidad de imaginar algo diferente. Hay cosas que por raro que nos parezcan – tendencias, clasificaciones, etiquetas, partidos – empezarán a desaparecer.

Total ¿Para qué va a servir todo esto? me preguntaba ayer una escéptica compañera (no me preguntaba, no, se contestaba sin haberselo llegado a preguntar ella misma).
No lo sé. Ni idea.
Pero miralos, míranos, en la calle, codeandonos, hablando, discutiendo, proponiendo, afilando las palabras como las más hermosas de todas las pinturas. La belleza de los cuerpos moviéndose hacia adelante. Haciéndonos todos juntos la misma pregunta.

7 comentarios sobre “Convers-acciones #estoesreflexion #acampadasol (notas para mi residente)

  1. P- Total ¿Para qué va a servir todo esto?
    R- No lo sé. Ni idea.

    Pues a mi todo esto me hace ilusión, se que luego hay que «centrar», que poner por escrito, que seguir …. pero me gusta tu posición «No lo sé. Ni idea» ….

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  2. Me sobren paraules,
    agulla, fil de cosir, tisores, estufa, me sobren paraules…
    Vermud, patates, olives,
    paraules tan curtes: pi
    paraules tan llargues: esternoclestmastoidel
    paraules molt fàcils: mama
    paraules difícil: obliqüitat, i jo que sé…
    Me falten paraules per explicar
    que significa per jo.
    Me falten paraules…
    Es diccionaris són plens de paraules gratis i certes.
    Paraules d’amor, senzilles i tendres.

    Me sobren paraules, però no tenc res a dir.
    Cadàver, pitufo, me sobren paraules.
    D’aquí dos anys me retir.
    Paraules molt lletges: nyu
    Paraules molt guapes: lapislatzurí.
    Paraules provisionals amb els accents girats.

    (Me sobran paraules, Antonia Font)

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  3. Sirve sin ninguna duda. Decía Carlo Frabetti el otro día algo así como que quien regresa de una manifestación no es el mismo que salió de casa para ir a ella. Menos aún, añado, quien participa en una experiencia política con mayúsculas de toma del espacio público (político) por antonomasia, la plaza.

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