Amigo investigador,
cada vez que escribas un paper a tu revista favorita, mete un activista entre los autores. Un activista de esos que están trabajando en asociaciones en los barrios y a pie del cañón («y no me refiero a Froilán» como le escuchamos decir ayer a Angel Heredia).
Mete entre el segundo y tercer autor o entre el cuarto y el quinto el nombre de un activista. O mételo de primero. Uno que esté trabajando en la materia sobre la que tu acabas de enviar el paper . No hace falta que lo conozcas o que forme parte de un ciber o de un caiber. Sólo que sea un buen, una buena activista.
Inserta el nombre de ese activista que trabaja en el desarrollo de programas haciendo peripecias con las reuniones y las estrategias y las estratagemas y con que no le salen las cuentas de los presupuestos o de los convenios. El activista ese que pasa consulta como un loco y que sabe tanto de todo lo que tu estás poniendo en tablas, pero que lo dice de otra manera y que no le va a dar tiempo a sentarse a mirar los datos o a estar en un grupo de investigación internaciomundial. El activista que junta la gente en los barrios y lo hace de una forma sublime y magistral, como si tuviera pegamento o llevara flores en sus palabras.
Mete un activista si mandas un paper en inglés o si lo mandas en español. Ya lo mandez a Gaceta o lo mandes al BMJ. Si la publicación promete impacto mete más de uno.
Si ya tienes curriculum de sobra y el activista necesita puntos mételo donde brille. Queda feo meterlo y luego ponerte primero en la foto. Mételo de investigador principal en un FIS y desconcierta a las autoridades.
Si desde la revista te devuelven el manuscrito diciendo que sobran autores y preguntándote qué hizo cada autor afila la pluma. Dí que el activista lo que hizo fue trabajar fuera de la hoja de cálculo pero calculando. Que él, ella, ponen los numeritos de tus tablas en los bordillos y en las casas y en los platos de comida y en las manos de la gente o en los pechos o en el crepitar de los bronquios en un domicilio fuera de hora o repartiendo condones a putas en las calles. Y dile al editor y a la editora que volviendo del trabajo el activista es quien te dio los numeritos y las tablas o las palabras y las variables con las que luego tu escribes el texto que el revisor y el editor y la ciencia ahora leen. Si siguen expresando dudas diles que tu no eres un publicólogo. Diles que eres un investigador. Y diles que las preguntas a veces se responden en las hojas o en las líneas en pendiente, o en las erres o las odds ratio pero que donde siempre se responden en las calles.
Pon siempre un activista, por principio, como autor en tus papers. Por la gente que construye el mundo y nunca aparecerán en los papeles.
Siempre pensé que el primer autor de los casos clínicos debería ser el paciente que lo protagoniza. Sería un acto de autoría vital.
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gracias Rafa por este texto.
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Son activistas también todos aquell@s «negr@s» que escriben para que otr@s y que nunca van en los 3-5 primeros? Me gusta la iniciativa porque la sombra es alargada…
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Cielos Ainhoa, eso ocurre????
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Claro, también hay activistas asalariados con mucha honra…Por supuesto, ademas de los no.
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muy romántico…..bien, hay que visibilizar …
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gracias por hacer visible lo invisible a ojos de los que encerrados en los despachos, ya hace tiempo que se alejaron de la calle…
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