Diálogos con un residente: consejos para el 2016 (IV)


-Querido Maestro, buenas noches, te veo extraño. Más que extraño parece que tienes un nistagmus con exoftalmos y tu atlas y axis están girando sobre su eje como el Pulpo en las ferias del barrio. ¿Estás meditando?
– Mi imposible aprendiz de pichón. Lejos de la meditación estaba en un período de climax. Y no de ese climax en el que estás pensando mi querido imberbe y masturbador compulsivo. Pasaban por mi corteza prefrontal todas esas imagenes de abuelas quitándoles las pepitas a las uvas, la capa española y los cuartos, la lotería,  el referendum sobre si mejor servilletas de tela o de papel para limpiarse los dedos, la cohorte de emoticonos del guassap haciendo un Framinghan, los memes como material didáctico de jóvenes emponzoñados y diletantes como tú, el simposium de cuñados, el pasillo 4 de Ikea donde al recoger la estantería Billys se aparece la chica de la curva, en Chencho y López Vázquez escondidos con Elvis y con Michael Jackson en Marina D´Or y sentados en lo más alto de la pirámide de Kaiser tomando quince pastillas cada uno, en las listas del Pitchfork y de Mariló y en cómo se parece Leia a tu abuela cuando decía come hijo come o eres más tonto que ChorrelambradadeHaro, y tras toda esa eclosión de imágenes que no alivia un terapeuta porteño me estaba tratando meter un blister completo de biodramina – con bastante dificultad, todo sea dicho- por algún orificio de mi cuerpo para evitar esta tortura que me ha hecho comprender, iluminación plena y duphalaquiana, porque en España se vota como se vota.
– Maestro…
– Sé lo que vas a decir.
– Maestro ¿seguro que era biodramina?
– Calla, calla aprendiz de pichón. Si lo que vas a decir no es mejor que el silencio cállate porque el sol te tapará las estrellas.
– Maestro, no deja de sorprenderme su narrativa espontánea y fluida siempre en la frontera entre el cuarto y el quinto chupito de crema de orujo. Pero el tiempo apremia y son pocas las horas para que el sol se ponga y se despida un año más. He de preparar varios power points para una próxima sesión docente y me gustaría contar con algunos de sus sabios consejos para transmitir a jovenzuelos y jovenzuelas residentas como yo.
– Entiendo. Quieres finalizar alguna de tus manidas y previsibles sesiones con unas cuantas diapositivas de autoayuda.
– Eso es.
– Eres un pro mi querido padawan. Quien te ha visto y quien te ve. No dan pan sin hambre en tu unidad docente y has aprendido con el tiempo. Te daré unos sabios consejos sin extenderme demasiado. Te los entrecomillo para que además de meterlos en una rancia diapositivas puedas tuitearlo y poner nerviosos a emprendedores e innovadores.
– Tomo nota Maestro.
– Primero. Aunque no van por orden de importancia. Escribe pichón con esos dedos de andarica que tienes de tanto rascar el teclado. Primero. «Cuídate de los idus de marzo y de los bocachanclas».
– ¿Bocachanclas?
– Bocachanclas. Eso es.
– ¿Que son los Bocachanclas?
Bocachanclas aka Gelipollas. NICE está elaborando una guía para el diagnóstico y tratamiento. La tendrán este año. El manejo correcto del Bocachanclismo  y Gelipollismo será uno de los factores fundamentales para mejorar la salud de la población, a nivel local y a nivel mundial. No lo olvides.
– Apuntado.
– Segundo. Bastante en relación con lo anterior: «Desconfía del Síndrome Yo-mi-me-conmigo» (este te entra en un mensaje de twitter fantástico)
– Interesante Maestro. Sus altos conocimientos siempre me hacen preguntarme en que curso de CCC sacó usted su carrera.
– Calla joven insolente y sigue tomando nota. Segundo consejo. Desconfía del Síndrome Yo-mi-me-conmigo y de una variante muy sospechosa y más enmascarada que es el Nosotros-nuestra-nos-connosotros Ambas formas ocultan lo mismo: «no tenéis ni p*** idea de lo que estáis diciendo y nosotros somos el centro del p*** universo» La forma plural engaña porque parece más democrática pero tiene menos de democrática que el pelo encrespado y erecto del coreano aquel. Desconfía de los que se creen el centro del mundo conocido, desconfía de los gurus, gurues o guruesas y de los que nunca tienen j*d*das dudas ¿Entiendes pichón?
– Entiendo Maestro y sorprendido estoy de cómo manejas la pronunciación de palabras con asteriscos.
– Vamos terminando. Tercero. Baila siempre, por dentro y por fuera. A medida que te vas tornasolando y ganando prestancia con los años bailarás más por dentro que por fuera, pero baila. Pase lo que pase, que pasa y pasará, baila.
– Esa me gusta.
– Ya lo sabía. Eres un pinfloid. Y cuarta y última. Lo importante es trabajar juntos. La única forma de llegar a las tierras donde más allá hay dragones es trabajando juntos. Desconfía de bocachanclas, yo-mi-mes-conmigos y sedentarios que te digan lo contrario. Trabajar juntos es el mejor antídoto contra esa estirpe canalla.
– Maestro se me acaba de poner la piel de gallina.
– Eres un romántico pichón. Eso o es que te hace falta una rebequita. Anda, vete, vete… y déjame aquí tranquilo con mi biodramina y revisando mis participaciones de lotería que me parece que nos quedamos otro año sin cambiar de ordenador.

 

 

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