¿Cómo pueden ayudar los observatorios de salud pública a mejorar la salud de las comunidades? (I)


Primera parte
Segunda parte

¿Cuáles son las funciones que pueden tener los sistemas de información de salud pública trabajando en un ámbito local?¿En qué medida los sistemas de información -agrupados de forma lógica en Observatorios de Salud- pueden incidir en generar acciones relevantes para la salud de las comunidades? Un Observatorio de Salud Pública debería ser un catalizador entre la información y la acción. Un sistema flexible, dinámico y ágil que ayudará a sacar fotos de un territorio y que ayudará a los diferentes profesionales que trabajan de forma intersectorial en el territorio a realizar actuaciones conjuntas para mejorar el bienestar de la población. Las fotos que de un Observatorio de Salud Pública pueden ser panorámicas (por ejemplo a nivel autonómico y que sirvan para desarrollar Planes y Estrategias de Salud= o fotos más pequeñitas del territorio local (por ejemplo a nivel municipal y que sirvan para generar Proyectos o programas conjuntos entre los agentes que trabajan en el territorio: ayuntamiento, asociaciones, sistema sanitario, educación, servicios sociales…). En el siguiente esquema de un artículo publicado en el informe SESPAS del 2012 se presenta la propuesta de Informar-Conversar-Actuar, donde se plantean tres elementos clave que debería contemplar todo el proceso de tener un buen Observatorio: Informacion-conversación-acción – Informar. Esto supone «sacar buenas fotos» con una orientación de determinantes de la salud y con las gafas de la perspectiva de equidad. Tomar fotos de problemas pero también fotos de las riquezas/activos de la comunidad y combinar aproximaciones cuantitativas con metodologías cualitativas para combinar esa mirada de la riqueza y del déficit. – Conversar. Tener buenos espacios de participación donde llevar esas «fotos» y discutirlas. Este es uno de los elementos clave del proceso. La existencias de grupos intersectoriales donde se pueda poner sobre la mesa la situación de bienestar de la comunidad y pensar cómo -entre todos los agentes- se puede actuar. – Actuar. Plantear qué actuaciones se pueden realizar en el territorio o qué actuaciones/activos que ya están funcionando es preciso conectar. Muchas veces no se trata tanto de hacer cosas nuevas como de ordenar y poner en contacto lo que ya está funcionando. Realmente los tres procesos son claves. No tiene mucho sentido tener un bizarro panel de indicadores por muy fino que esté construido si no existe ni discusión sobre los datos ni acción. Tampoco tiene sentido tener grupos que se reúnan para una función meramente informativa (consejos de salud en modo reptil-on) pero que no generen procesos de acción o de conexión entre ellos. Y por supuesto tampoco tiene sentido un activismo verbenero que no tenga en cuenta un análisis previo. Por ello un Observatorio de Salud Pública sólo ayudará a mejorar la salud de una población en la medida que sea capaz de conjugar bien los tres verbos anteriores y generar herramientas de ayuda para las comunidades locales que les sirvan a tomar decisiones para actuar. El Observatorio de Salud de Asturias es un proyecto de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Asturias, que desde el año 2010 viene ofreciendo un modelo de información-conversación-acción. Dentro de las diferentes herramientas que ofrece tiene esta Guía de Salud Comunitaria donde se presenta información sobre las diferentes fases de un proceso de intervención comunitaria: Trabajar juntos, analizar la situación de problemas y recursos, priorizar, buscar intervenciones basadas en la evidencia, actuar y evaluar.

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