Agustín García Calvo. Y Félix Miguel García que de calvo no tiene mucho, pero de Calvo bastante.


Félix Miguel García es una de las personas que más sabe de casi todo en esta parte del mundo.
No sólo es que haya escrito un artículo , que en palabras de muchos, de haber sido escrito en inglés y no en la lengua de Sancho Panza, sería, sin lugar a dudas, un texto de referencia mundial sobre la mitología de los factores de riesgo. No sólo que sea capaz de escribir sobre Popper y sobre Popper, el contraste de hipótesis y el método crítico. No sólo que sepa escribir así de bien sobre la vida y Camus . No sólo que me haya acogido alguna vez en su casa de Madrid y nos hayamos comido cerveza y bebido bocadillos de madrugada y me haya dado de desayunar en esa cocina homérica (asuntos que para un espíritu convulso y de bajo perfil intelectual como el mío, es algo mucho más interesante que ponerme a leer a Popper o al francés). Y aún más no sólo que haya dicho esto tan bonito:

«No es imposible todo para todos ahora. Quererlo es precisamente la condición necesaria. Si no se aspira a este mínimo (el igual acceso a los bienes de la tierra) no hay manera de que se logre. Y así nos va. Lo único imposible (o el lugar del choque entre realidad y deseo) es ser deseado por quien tú deseas (Cernuda) o parar el tiempo (Adolescente fui en días idénticos a nubes-Cernuda también)».

Y no sólo y más que tenga ese virtud callada para pasar ausente y desapercibido cuando tendría y tiene tanto que decirnos y enseñarnos y aprendernos o aprehendernos que son verbos que en Asturias confundo. Esa virtud profunda de no soltar charlatanerías ni curriculums ni hacerse peanas en blogs o en facebook o en twitter.
Y en fin, no sólo que me haya abierto un poco la puerta para presentarme a Agustín García Calvo y que haya grabado estos videos, bajando Félix, cámara en mano, factores de riesgo procelosos cardiovasculares en el costado, cámara en mano a Sol a aprehender, enseñar, aprender la luz que rodaba en la cabellera de este hombre, luz que seguro todavía se quedaba aunque la noche llegara y así contaba y hablaba, de la cámara de Félix, para que viéramos y veamos de lo que era y es el 15M y las plazas y las calles y más.
Quiero decir con todo esto: faltarán Agustines pero quedan Felix, fénix de los ingenios, para llenarnos así de bien ausencias.

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